13 de diciembre de 2010

¿Zurich? ¿Pero eso no está en Suiza?

De vez en cuando me escapo tres o cuatro días y regreso feliz con algún objeto de recuerdo, muchas fotos y bellas imágenes grabadas en la retina, unas pocas grabadas también en el corazón. Pero otras veces hago mis viajes "de mochila". Entonces, traspaso una frontera indefinida en la que pierdo la noción de los días y sólo veo caminos por recorrer. De repente, una mañana a las ocho entro en una oficina y todo termina. En fin, aquí estoy escribiendo de nuevo sentada delante de mi ordenador, tomando un te caliente mientras mi gato ronronea junto al teclado.


Simplemente añadir como anécdota que el viaje terminó una gélida mañana en Zurich, aprovechando una escala de nueve horas de espera en el aeropuerto. Zurich, en el corazón de nuestra vieja y resabiada Europa, con sus puntiagudos tejaditos nevados y rodeada de lagos y montañas, con sus relojes de cuco, con sus Heidis de mejillas sonrosadas comiendo chocolatinas, tan bonito, tan bonito todo... y sin embargo añorando tanto un path thai picantillo.


Gracias familia, amigos y lectores espontáneos por seguir el blog, un placer compartirlo.
«Hay que viajar siempre, ponernos a prueba ante lo inesperado, ver y sentir sobre lo que hemos leído, sobre lo que nos han contado. Y luego escribirlo, para que otros sueñen, para mantener viva la ficción de existir y el anhelo de eternidad.»
(Javier Reverte)

1 comentario :

Tomeu B. dijo...

Un epíleg brillant!