13 de octubre de 2012

Buenos Aires, otra nostálgica letra de tango

Volvemos al cemento, al tráfico, volvemos al ritmo apresurado. Volvemos a Buenos Aires después de tres semanas, dejando atrás espacios tan grandes como los silencios. Hemos aprovechado para patear algunos populosos barrios como Palermo y Recoleta que no tuvimos tiempo de recorrer durante los primeros días. Palermo es un batiburrillo de tiendas de moda, galerías de arte y bares donde se agita el ambiente cultural y bohemio. Entramos para curiosear en una galería de arte durante la inauguración de una exposición, es decir, nos colamos descaradamente. Pero fuimos incapaces de centrar la atención en las fotos, tal era el desfile de personajes extravagantes y modernillos que pululaban por ahí.


Hoy estuvimos paseando por Recoleta y nos ha causado la misma impresión que el resto de la ciudad. Intentaré explicarme. Buenos Aires tiene un encanto innegable, repleto de arboledas, elegantes cafeterías, librerías... una ciudad con tantas librerías dice mucho de quienes la habitan. Pero no respira el aire antiguo de cualquier ciudad europea, a pesar de tantas veces que hemos oído a algún porteño exclamar con orgullo "Buenos Aires es el Paris sudamericano"... estooo... ejem, ejem. Quizás sea por el exceso de mamotretos de hormigón construidos en la década de los sesenta o setenta, sustituyendo a algún bello edificio antiguo. En esos tiempos el desarrollo urbanístico se concebía sin ningún sentido estético. Aún así, en esa aparente grisura brilla la ciudad en todo su esplendor melancólico. Sus calles cuentan mil historias que nunca llegaremos a conocer, como una nostálgica letra de tango. Buenos Aires tal vez no respire ese aire antiguo, pero respira nostalgia. La nostalgia de otros mares en una ciudad, en un país, levantado por los inmigrantes que un día fuimos. Che, esa es mi pequeña teoría de la nostalgia porteña.
Mi Buenos Aires tierra florida
donde mi vida terminaré,
bajo tu amparo no hay desengaños,
vuelan los años, se olvida el dolor.
Y con la voz de Gardel cantamos también nosotros ♪ no llores por mí Argentina ♫, un hasta la vista nunca será un adiós. Gracias familia, amigos y lectores espontáneos por seguir el blog, un placer compartirlo.

3 comentarios :

Anonymous dijo...

Muy bonito relato, muy bien redactado y estructurado. Las fotos una pasada. Esta vez lo he leído todito de pe a pa.....y chévere, como dirían un poco más al N de donde estáis!!
Me alegro que lo hayáis pasado tan bien y espero que tengáis un placido regreso.
Ya cenaremos en el "chino feliz o el japo barato" y te comentaré un par de imprecisiones que creo haber detectado en tu relato.
Besos.

El gran lago argentino.


Anonymous dijo...

Se llega a un cruce, a una flor, a un arbol, a la sombra de una nube sobre la arena del camino; se llega al arroyo, al tope de la sierra, a la piedra estraña...

Pareciera que el camino va inventando sorpresas para goce del alma de los viajeros...

Feliz regreso!!

Atahualpa Yupanqui,

Mamen dijo...

Hola viajeros! Madre mía, pero ya han pasado tres semanas!!! Para los que estamos aquí, enfrascados en nuestra rutina, han pasado volando! Suerte que leyendo vuestro blog, podemos compartir un poquito de vuestras experiencias y trasladarnos, aunque sea en nuestra imaginación, a estos lugares tan maravillosos. Como siempre, un placer seguiros, me ha encantado. Un besazo, nos vemos en Palma!