21 de octubre de 2009

Kyoto, Himeji, Osaka, Hiroshima y Miyajima,
como la seda de un kimono

Ayer a primera hora de la mañana ya estábamos caminando sobre el suelo de tatami del castillo Nijo, una exquisita y elegante muestra de sutileza oriental. Desde ahí pillamos el bus hasta la estación, nos metimos en un Shinkannsen y llegamos hasta Himeji, a sólo una hora en tren bala desde Kyoto, donde nos estaba esperando la impresionante fortaleza medieval guarida de los legendarios guerreros samurais, visita obligada.


Al salir del castillo y antes de que empezara a ponerse el sol, corrimos hasta la estación, subimos a otro tren bala y en una hora nos plantamos en Osaka. Pausa. Respira, respira. Sí, así es como funciona la red ferroviaria en Japón. Por la mañana en Kyoto, al mediodía en Himeji y por la tarde en Osaka.


Nada más salir de la estación de Osaka... ¡Increíble! El vertiginoso Umeda Sky, el rascacielos más alto de Osaka. Subimos hasta el mirador a 173 metros y empezamos a volar. ¡Osaka a nuestros pies! Permanecimos un buen rato en la terraza del Umeda Sky, azotados por el viento y envueltos por millones de centelleantes lucecillas. Era un sueño futurista de rascacielos y luces de neón como no recordamos haber visto jamás.


Al bajar de las nubes, nos metimos de nuevo en la estación para llegar a Dotonbori y si no fuera por la ayuda de unos simpáticos chavales aún seguiríamos dando vueltas en aquella interminable red de pasillos. Dotonbori es el popular barrio donde se rodó Blade Runner. Todo nos recordaba a nuestra adorada película: los neones, el ruido atronador, el humo de las tabernas que daban a la calle, los "replicantes" que pasaban a nuestro lado... "He visto cosas que vosotros no creeríais..." Cenamos un Okonomiyaki, una especie de pizza japonesa y nos volvimos para Kyoto. Había sido una jornada muy intensa y estábamos exhaustos. Agotados pero felices.


Hoy hemos madrugado bastante a pesar de que anoche nos acostamos tarde y hemos cogido un Shinkannsen hacia Hiroshima. ¡Dos horas y media para una distancia de unos 700 kilómetros! Desde la estación hemos cogido el tranvía para visitar el museo de la paz y el túmulo conmemorativo, un perturbador recordatorio de los horrores de la bomba atómica que destruyó la ciudad en la segunda guerra mundial. Ha sido angustioso y en algunos momentos asfixiante. Con un poco de desazón en el cuerpo hemos subido de nuevo al tranvía para llegar al puerto y de ahí, tras un paseíto en ferry hemos desembarcado en la sagrada isla de Miyajima, una diminuta isla repleta de templos, ciervos, santuarios, feligreses y turistas. Miyajima es famosa por un gigantesco Torii que da la bienvenida a los visitantes. Al mediodía la marea estaba alta y la base quedaba sumergida en el agua, dando la sensación de que flotaba. Más tarde, al atardecer, la marea bajó y los niños correteaban bajo la inmensa sombra del Torii, el sol rojizo del ocaso se reflejaba en el agua. Precioso. Era una belleza simple, verdadera. La belleza japonesa que busca la esencia y no la apariencia, sin lógica, sin razonamiento, sólo emoción.


Entrando en un santuario nos hemos topado con la celebración de una boda sintoísta. Maravilloso el ceremonial, la suavidad de los movimientos, maravillosa la elegancia de los kimonos, la sutileza de la seda, maravillosa la música de la flauta tocada por unos monjes y maravillosas las ostras a la plancha que nos hemos zampado después.
«He visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.»
(Deckard, Blade Runner)

3 comentarios :

Aina Amengual Jaume dijo...

Hola!!!

Ya veo que os está gustando Japan, que raro!!!
Seguir pasándolo muy bien, os quedan todavía lugares muy interesantes y muchas cosas curiosas que ver....

Que envidia y que recuerdos!

Un beso

Anonymous dijo...

Katianeta disfrutant del seu teishoku dins el tren,ummmm
Què trobau de fer fila per pujar al tren? Grandes abismos... ;)

Joan Marí Garí dijo...

Hola Katiana i Javi, vendreu fets uns Japonesos autèntics, ja imagino que segur que feis un munt de fotos diaries, continuau disfrutant !!!!!!!
Salutacions de tota la familia, besos...

Joan Marí Garí