Hace unos días, al contar nuestros planes de viaje, escribimos "más allá del folleto de la agencia de viajes". Pues bien, durante nuestro primer día en tierras thai hicimos caso omiso y al coger el primer tuk-tuk pactamos con el conductor un circuito turístico de cinco horas. Empezamos a primera hora de la mañana por un centro de conservación del tigre de bengala en el que entramos con un cuidador en la reserva donde viven, sin jaulas ni protección alguna. Los tigres se apostaban a la sombra junto a la verja de entrada para recibir los mimos de los visitantes que se atrevían a acariciarlos. El corazón nos latía rápidamente, qué intensa emoción acariciarlos! Miedo al fiero colmillo y a la vez poderosa atracción por su salvaje belleza. Continuamos el turisteo con el "Cobra Show", un espectáculo donde unos adiestradores de serpientes se dedicaban a acojonar al público en plan cabroncete haciendo volar pitones por encima de nuestras cabezas y otras gracietas sin importancia. Hubo también la foto de rigor con una serpiente enroscada al cuello mientras tragaba saliva e intentaba sonreir ante la cámara sin castañear los dientes.
EDICIÓN POSTERIOR: Tras haberme informado más desaconsejo la visita al Tiger Kingdom de Chiang Mai, Este artículo explica las razones, con las que concuerdo. |
Después de comer un deliciosamente picante path thai en una pequeña tasca familiar, cansados ya de tanto turisteo, nos encaminamos al Doi Suthep, uno de los más hermosos templos de Thailandia situado en lo alto de una montaña y rodeado de frondosos bosques y cascadas. Nada más llegar, nos recibieron unas niñas encantadoras bailando danzas regionales a las puertas del templo. Fue una maravillosa casualidad: estar en el lugar adecuado en el momento oportuno.
Y ya al atardecer, deambulamos por el interminable mercadillo que abarca toda la ciudad antigua, con todo el bullicio típico de las ciudades asiáticas, ese cachondeíllo que tanto nos gusta. Picoteando delicias tailandesas en todos los puestos, regateando por un bolso con piedras de colorines, escuchando músicos callejeros... así terminó nuestra primera jornada de viaje. A punto de regresar al hostal, se dirigió a nosotros una señora pronunciando unas palabras mágicas: —Do you want a thai massage? Y así, sin saber cómo, terminamos tumbados sobre una esterilla en plena calle disfrutando de un relajante masaje tailandes.
Esta mañana hemos madrugado para recorrer la ciudad antigua con sus cien templos, intentando contagiarnos de la paz y serenidad que transmiten los monjes budistas con sus plegarias. Horas después repetíamos nuestra deliciosa comida de ayer en el mismo lugar, compartiendo la mesa con otros comensales. La cocinera canturreaba junto a nosotros mientras removía los fideos en una grasienta cacerola. Unas mesas más atrás, su marido acomodado en una butaca veía un combate de thai boxing en una vieja tele, sobre la cual habían colocado un pequeño altar budista con muchas figurillas de plástico dorado y dudoso gusto, rabiosamente kitsch. Ahora mismo os escribimos desde Mae Hong Son, donde acabamos de llegar. ¿Qué aventurillas nos deparan los próximos días?
6 comentarios :
Hola chicos,
hoy me he conectado por primera vez y ya estoy enganchada a vuestras aventuras.
Mucha suerte para el trekking!
Un besito,
Arantxa
Os habéis hecho esperar.. Qué ganas os tenía! Seguid distrutando, ya nos contaréis a la vuelta del trekking qué tal por la selva.
Mua!
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ooooohhhhhhhhh!!!!! tigreess!! cobrasss!!qué maravilla! aaahh!ya tenía ganas de leeros! me puedo imaginar lo increíble que va a ser este viaje! espero que sigais disfrutando pero...no tardeis tanto en escribir!!! había algunos que ya se estaban preocupando..jeej..(yo no!)
muchos besos y cuidadín con los animalillos!!!
Leyre
A las primeras de cambio un circuito turístico? je,je,..qué chulo! Serpientes, tigres,..
Ya iréis contando las aventuras de los próximos días. Qué os lo paséis muy bien.
Felipe
¡Menudo viajazo!
Cuidado con las serpientes durante el trekking y graba la ruta con el gps que luego molará ver lo que hicisteis.
Un abrazo de parte de Olivia, Mamen y Germán.
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