Bien sabemos que todo lo que os contaremos os parecerá exagerado, pero así sucedió. Mae Hong Son es un bello pueblecito de las tierras del norte rodeado de jungla, que recientemente ha descubierto el turismo. En la calle principal, unos cuantos puestos ofrecen rutas guiadas de tres días de trekking por la jungla. ¡Qué incautos fuimos pensando que eso sería un agradable paseo entre helechos y lianas! Al día siguiente nos recogió en la pensión nuestro guía Paik, un militar retirado (Mae Hong Son está junto a la frontera con Birmania, por lo que es una zona muy militarizada), y su compañero Pathi, dos hombres duros y curtidos por la jungla. Haceros una idea: nada más empezar cruzamos un río por un maltrecho puente de madera haciendo equilibrios sobre tablones tambaleantes pensando: —Pero, pero... esto es un error, ¡si soy un turista!
El resto de esos tres días consistió en cruzar constantemente ríos con el agua hasta el culo, andar un promedio de unas ocho horas diarias por tortuosos senderos ocultos por la maleza, soportar picaduras de infinidad de bichejos (entre ellos las puñeteras sanguijuelas), cruzarnos por el camino con serpientes multicolores y una larguísima sucesión de hechos extraordinarios que ahora, escribiendo desde una terraza junto al lago, nos parecen escenas de Apocalipsis Now o cualquier otra peli sobre la guerra de Vietnam. Parábamos cada noche a cenar y dormir en minúsculas aldeas de tribus Karen, sin luz ni agua corriente, durmiendo en el suelo en chozas de madera y rodeados de cerdos, bueyes, gallinas y toda la granja de pin y pon. Tan lejos del "mundo civilizado", nos sentíamos unos marcianos y a los aldeanos también se lo debíamos parecer con nuestras cámaras reflex y supermóviles, totalmente inútiles allí. Un episodio a destacar: durante la segunda jornada, hicimos un alto en el camino para entrar en una cueva, con su bóveda cubierta de estalactitas y murciélagos, donde reconozco que hubo ciertos momentos de pánico.
Resultó un poco decepcionante que en todos esos días no vimos ni un sólo mono, a pesar de que a menudo los oímos, aunque sí vimos un rastro de tigre, vamos, una meadilla, o al menos eso nos dijo Paik. La selva se oye pero no se ve. A nuestro paso muchas veces se agitaba la maleza repentinamente o alguna rama cercana se movía sin que soplara viento. Los animales huyen en cuanto advierten la presencia humana, y hacen muy bien. Tenemos otra anécdota que contar sobre estos cinco últimos días: antes de empezar el trekking paseamos un ratillo por la selva a lomos de un elefante, sí, un elefante. Fue una turistada tremenda pero qué más da, al fin y al cabo somos guiris. Por otra parte, no tenemos constancia de que en Thailandia se maltrate a los elefantes explotados turísticamente como sí ocurre en otros países como Camboya.
Hoy hemos alquilado una motilllo en el pueblo para recorrer toda la zona, ha sido un día absolutamente perfecto. Carreterín arriba y abajo entre arrozales y bosques hasta llegar a una impresionante cascada. Antes de eso hemos pasado con la moto por uno de los poblados de las llamadas mujeres jirafa, caracterizadas por sus largos cuellos adornados con múltiples aros de cobre. En realidad es un campo de refugiados birmanos de la etnia padaung, protegidos por la ONU y sin nacionalidad tailandesa, es decir, sin acceso a educación, sanidad ni préstamos bancarios para comprar tierras cultivables. Viven de la artesanía que ellas mismas elaboran y venden a los turistas. Teníamos ciertos reparos en ir a visitarlas pensando que sería un circo para guiris pero no ha sido así, de hecho éramos en ese momento los únicos turistas. Ellas sólo luchan dignamente por no perder su identidad. Ellas son las mujeres jirafa.
«El alma del hombre tiene que recuperar la pasión por la aventura y no esperar a que se la sirvan en la pantalla de un televisor. Y la gran aventura es siempre el viaje.»
(Javier Reverte)
6 comentarios :
A partir de ahora, lo de la travesa un juego de niños para vosotros. Guarda esa ruta que tenemos que verla sobre el mapa.
Un abrazo de la familia Martínez
a partir de ahora, supongo que para vosotros ya no será Incredible India, sino Incredible Tailandia!!! qué aventuraza!!!seguro que no lo olvidareis en la vida...;)) seguir así que,aunque difíciles y arriesgados, esos son los días que más valen!!!
desde aquí os mando un besazo! os queremooooosssss!!!!!!!!!!
pd: que conste que sigo teniendo muuucha envidia!!jeje..
Leyre
Leyre la verdad es que segun han pasado los dias lo recordamos de otra forma pero en el momento llevabamos los dos un acojone que no veas. Aunque estabamos seguros que luego nos reiriamos de todo...
German lo de grabar la ruta en gps imposible, ya te puedes imaginar que en esas aldeas no tenian ni agua corriente ni electricidad. De todas formas guardo un plano con que ya te mostrare.
Un saludo a todos!!
Javi
Ja ho vol. Això son experiencies... UUUUFFFFF...
Una abraçada i ANAU ALERTA!!!!
MIQUEL I ARA
a su lado Rambo es una nenaza..ja,ja,
Estos días en la jungla han tenido que ser inolvidables!! Adrenalina a tope, qué suerte! Habrán dado para muchas fotos. Qué os lo paséis muy bien. Saludos
Teneis razón, no es exagerado... es.. exageradíiiiisimo... no os creais nada... están en un hotel de 5 estrellas sin moverse casi ni de la habitación y todo lo que dicen lo sacan de un documental de la 2 (thailandesa por supuesto)... queremos pruebas... fotos... una imagen vale más que mil palabras...
:P
Por cierto German, coooomo puedes pensar que Javi se va a poner a grabarse las sesiones de trekking en el gps... si no se graba las carreras ni los recorridos en bici... además, pone la excusa de que la tecnologia no funciona en esos poblados por falta de infraestructura... pero no funciona con satelites los gps???
Otra cosa Javi, traete musiquilla de por allí que te toca poner música chill out... :P
y no os olvideis de traerme alguna thailandesa, que vietnamita no me quieren traer ninguna...
:P Un beso del anónimo...
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